lunes, 24 de noviembre de 2008

Triunfo tipo

Descartó de sus opciones la escalera mecánica, “es muy lenta esta huevá”, pensó, y prefirió la otra. Y subiendo los escalones de dos en dos, con la mano bien agarrada al pasamanos (para prevenir cualquier accidente, “hombre precavido vale por dos”), nuestro hombre normal, el oficinista de terno y corbata, el hombre más normal de la ciudad (por convención social) llegó primero a la línea 4A de la combinación de la cisterna.
“¡Bien!”, celebró cual jugador que celebra un gol, se sintió realizado, llegó primero, ¡Ganó! Por primera vez en su monótona vida normal.

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